He visto con preocupación durante los últimos días la forma en que usted dolosamente ha tergiversado mi opinión frente a la explotación minera del páramo de Santurbán por parte de la compañía Minesa, un comportamiento que ha complementado con acusaciones en mi contra sin ninguna prueba para ello, agravando su accionar con la divulgación de datos personales que se encuentran protegidos por la ley en conjunto con una gravísima incitación al odio para quienes no piensan igual que usted.

En primer lugar debo manifestarle que siempre he estado en contra de la explotación minera que afecte los recursos naturales y el medio ambiente de los pueblos sin importar la empresa que lo realice, y muestra de eso es la lucha personal que estoy dando en los municipios de El Carmen y San Vicente de Chucurí para evitar la explotación de Carbón que ponga en peligro la salud de sus habitantes. Así que mi posición frente al Páramo no puede ser otra distinta a la que tiene usted en defensa del mismo.

La gran diferencia entre los dos es mi formación familiar, académica y personal. Mis abuelos fueron docentes al igual que lo es mi madre y lo fue mi padre, un hombre que se desempeñó como juez de paz en el municipio de Floridablanca donde su mayor legado fue la enseñanza de escuchar siempre al contrario.

Por eso creo firmemente en defender el derecho que tienen las personas a decir las cosas aún cuando esté en desacuerdo con ellas. Su defensa del páramo “a muerte”, como varias veces lo ha manifestado, no debe servir como discurso de odio en contra de esas miles de familias que usted acusa de “pro-minesa” y “vende patrias”, porque todas ellas no son otra cosa más que el resultado del abandono del Estado en todas sus formas. Escucharle decir que esos ciudadanos no merecen ser escuchados es un contrasentido viniendo de alguien que como usted representa un partido creado en sus inicios por los ex miembros del movimiento M-19, quienes gracias a la celebración de un diálogo se incorporaron a la vida democrática nacional.

Usted se hizo elegir con la imagen de profesor, pero los profesores no condenan, los profesores escuchan argumentos y si sus alumnos están equivocados les enseñan dónde está el error ¿Ha pensado en algún momento si todos aquellos a los que usted acusa de vende patrias no son otra cosa más que unos alumnos a los que no se les ha enseñado el valor que tienen sus tierras para la sobrevivencia de todos los santandereanos? A veces cambiar la perspectiva produce cambios importantes para la sociedad.

Como ciudadano de a pie rechazo que se promulguen expresiones de odio entre nosotros, porque la indignación frente a las cosas no le da el derecho a nadie de callar la voz de los demás. Esa actitud al sentir de la ONU, es en sí misma un ataque a la tolerancia, la inclusión y a la esencia misma de los derechos humanos. La promulgación de estas ideas socava la cohesión social, erosiona los valores compartidos y puede sentar las bases de la violencia haciendo retroceder la causa de la paz. Jamás me verá usted defendiendo los intereses de una compañía minera en Santander ni en ninguna parte del país, porque mi interés frente al medio ambiente es de carácter social, razón por la cual también rechazo la “explotación política” que se quiera hacer del tema sin mostrar ningún resultado efectivo en la solución de los problemas económicos para las comunidades afectadas. Por ello, después de que termine de publicar en las redes sociales sus gritos y ataques personales en mi contra, lo invito respetuosamente a presentarle a los santandereanos sus propuestas como diputado en la generación de empleo y soluciones de integración social y desarrollo económico alternativo para la población de la Provincia de Soto Norte, dejando a un lado la incitación violenta y hostigadora de su mensaje para unos pobladores que han sido marginados por siglos frente a la incompetencia que han tenido los gobernantes para mejorarles sus condiciones de vida.

Con el mayor de los respetos.