Los santandereanos fuimos los primeros en escuchar la perorata y los discursos veintejulieros del senador Fabián Díaz Plata prometiendo luchar en contra de la corrupción, de la politiquería, de los puestos burocráticos sin mérito y de la compra de conciencias en el Congreso de la República. Bajo esa consigna se paró sobre unos zancos y comenzó a barrer las calles de Piedecuesta y a entregar volantes para que votaran por él y sus ideas. Desde esa época hasta hoy han pasado muchas cosas, pero Díaz se ha empeñado en mantener ocultas algunas de ellas para no dañar su imagen de dignidad y amor por el pueblo colombiano. Quienes lo han seguido lo vieron lanzándole billetes falsos al ex ministro Alberto Carrasquilla con el fin, según él, de que las personas dimensionaran la lluvia de dinero que mueve la corrupción. Después de eso se empeñó en destruir sistemáticamente la imagen de los expresidentes Alvaro Uribe e Ivan Duque, tildándolos de corruptos y de miserables para poder pescar en río revuelto y capturar los votos de los incautos que le creyeron el cuentazo de que iba a acabar con las viejas mañas de la política. Lo que se le ha olvidado contar al senador Diaz, es que esas mismas mañas son las que a él lo adornan sin que hasta el día de hoy nadie le diga nada. En primer lugar, fueron esos gobiernos que tanto critica, los que le permitieron a una de sus hermanas acabar de pagar su vivienda gracias al subsidio de vivienda de “Mi Casa Ya”, una ayuda social que en el gobierno que hoy defiende ya ni se ve. Pero esto no le tiene por qué importar al congresista, porque aparte de ser dueño de un apartamento en Bogotá y otro en Bucaramanga, vive muy plácido en uno que adquirió en Floridablanca por valor de 414 millones de pesos Dayanna Stephany Grimaldos Martínez, la novia que también fue su UTL en Bogotá. El padre de Dayanna, Servio Alfonso Grimaldos Vanegas, fue financiador de la campaña al Senado y hoy, junto con su compañera Ange Melissa Gallón Arango, son contratistas del Instituto Colombiano Agropecuario en Santander, como también lo es William Hernán Yépez Prada, otra de sus UTL. Hasta aquí podría decirse que el ICA es libre de contratar a quien quiera, pero resulta muy extraño que también hayan contratado a Deisy Katerine Gutiérrez Rodríguez, la mamá de la hija del senador con quien ha sostenido seis procesos judiciales de familia, donde se le restringió en su momento la posibilidad de salir del país por un ejecutivo de alimentos. Y para adornar el tema, en el ICA también está contratado el activista David Mauricio Carvajal Guerrero, fórmula a la Cámara del Senador en Santander. Este es el mismo comportamiento politiquero que Díaz lleva denunciando por años en el país, pero las cosas definitivamente cambian cuando se logra trepar los zancos en el solio del poder ¡Que inmensa decepción!