La alcaldía de Floridablanca y los antiguos parapolíticos
El restaurante Tony Roma´s del Hotel Dann Carlton de Bucaramanga fue testigo de la reunión que tuvieron Héctor Guillermo Mantilla Rueda y Edgar Higinio Villabona Carrero, un político conservador que había sido citado ese día por el padre del ex alcalde para tener una conversación sobre los valores de la política y la importancia que tenía el dedicar la vida al servicio de la gente.
Lo que Villabona no pudo ver en los ojos de Mantilla, es que ese mismo niño que tenía enfrente lo iba a traicionar unos pocos años después en su carrera a la alcaldía de Floridablanca, tal y como sucedió en el 2015 cuando abandonó su aspiración a la Asamblea departamental para enfrentarlo directamente en campaña. Lo que muy pocos saben de la historia fantasiosa del muchacho que decidió enfrentar a las maquinarias porque le negaron el aval para aspirar a la alcaldía, es que él mismo fue quien se prestó para ser la cara visible de un grupo de políticos que eran la máxima representación de la corrupción en Santander.
Las ambiciones personales de manejar los dineros públicos reunieron en la misma mesa a Bernabé Celis Carrillo, Nestor Díaz Barrera, Fredy Anaya Martínez y a Luis Alberto Gil Castillo. Ninguna de esas caras era la opción para ganar las elecciones en Floridablanca, razón por la cual Nestor Díaz propuso que el candidato fuera Mantilla, porque era una persona a quien no tenían por dónde atacar y después de que este joven consultara la situación con Juan Camilo Ostos y el grupo cercano a la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, tomó la decisión de traicionar la palabra que le había empeñado a Villabona y tirar a la basura la lección de valores que este mismo le había dado algún día.
La tranformación de la convergencia ciudadana
Después de que Mantilla decidiera iniciar su vida política con la candidatura a la alcaldía, se comenzó a organizar la financiación de la campaña y darle vida al movimiento que lo acompañaría. A este mismo pensaron denominarlo “Renacer Ciudadano” a petición de Luis Alberto Gil, pero al final decidieron denominarlo “Renace”. Villabona Carrero continuó con sus aspiraciones apoyado por un importante grupo de empresarios, pero se le olvidó tener en cuenta que la ideología guerrillera que embargaba al “Tuerto” Gil estaba esperando el momento de desquitarse por haberlo abandonado en Convergencia Ciudadana en 1998, una decisión de la cual Edgar Higinio no se arrepentirá jamás si se tiene en cuenta que los principales representantes de ese partido terminaron en la cárcel años después.
La sed de venganza de Gil le sirvió a Mantilla como motor de vuelo para sus aspiraciones, lo cual le terminó pagando con la entrega total de la Empresa Municipal de Aseo de Floridablanca. De la misma forma a Bernabé Célis se le entregó la Secretaría de Salud e Ideflorida, a Nestor Díaz la Tesorería de la Dirección de Tránsito, y a Fredy Anaya la más grande contratación y la Oficina de Planeación a cargo de quien hoy pretende ser curadora de la ciudad de Bucaramanga, lo cual sería el peor de todos los males para los constructores de la ciudad.
El final de "Renace Floridablanca"
Las bases populares que conformaron desde su inicio el movimiento Renace, lo hicieron creyendo que este mismo era una alternativa para quitarle el poder a la politiquería que reinaba en uno de los municipios más corruptos del país, pero son estas mismas bases las que se han venido dando cuenta que todo ha sido una farsa. La llegada de Miguel Ángel Moreno Suárez a la alcaldía es la mayor decepción para quienes apoyaron el movimiento ya que no han podido entender en qué momento eligieron a un muchachito sin carácter que no ejecuta nada sin que se lo apruebe su papá y su mamá, dos personajes muy particulares que se han venido creyendo el cuento de que el municipio es una finca de su propiedad.
Renace no es más que un acuerdo entre los mismos politiqueros de siempre para repartirse el presupuesto municipal a su antojo con el silencio cómplice de concejales como Edgar Gómez alias “Lleras”, Salvador Molina, Fredy Ávila alias “Fresita”, Germán Durán alias “Pocalucha”, Alfredo Tarazona, José Fernando Sánchez, Marlene Rincón y el resto que los acompañan en un indigno arrodillamiento que la sociedad ya les comenzó a recriminar. Gracias a estas componendas decidieron aprobar la creación de una empresa comercial e industrial llena de falencias jurídicas, arbitrariedades administrativas y estudios mediocres presentados por parte de un Secretario de Hacienda que solo sabe decir “sí señor”.
Una empresa que de conformidad con lo previsto va a contratar a dedo todo el presupuesto de la administración de la misma forma que lo hace la Empas y la Esant, otras dos empresas de bolsillo al servicio de la corrupción. Quién está detrás de todo esto es Ángel Alirio Moreno Mateús, padre del actual alcalde y ex director del partido parapolítico PIN (antiguo Convergencia Ciudadana). Un hombre que siempre ha tenido sus raíces arraigadas en el partido liberal desde la misma época en que conoció al “Tuerto” Gil cuando éste era comandante de la columna Zoraida Téllez del M-19 en la Provincia de Vélez.
Por eso causa tanta gracia que hayan sido las familias conservadoras de Floridablanca las que le hubieran entregado el poder a esta triste facción del liberalismo representada por Jaime Durán Barrera y Nubia López Morales
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espirítu Santo
Ángel Alirio es una persona curtida en componendas políticas y arreglos de campaña, razón por la cual el gabinete actual no es más que un reflejo de sus propios intereses y el pago a los compromisos de la pasada contienda electoral, algo de lo que ya se ha venido hablando en los últimos tres meses.
La ineptitud del alcalde Moreno Suárez y su demostrada dependencia paterna, ha demostrado que la administración municipal está bajo el mando de la antigua mano derecha del “Tuerto” Gil, convirtiendo la alcaldía de Floridablanca en un fortín burocrático y contractual de los involucrados con el partido más representativo de la parapolítica en Colombia.
Esta aseveración encuentra su fundamento en lo siguiente: el Secretario del Interior Jaime Ordóñez Ordóñez está ligado con Jaime Durán Barrera quien fue representante a la Cámara en nombre de Convergencia Ciudadana. La Secretaria de Salud Olga Lucía Caballero Castañeda es la cuñada de Fredy Antonio Anaya Martínez quien fue representante a la Cámara por el PIN en el 2015 después de haber sido formula con la esposa de Gil Castillo. La Secretaria de Planeación Rosana Azucena Delgado Peña fue socia de una empresa que presentó ante la Cámara de Comercio documentos que certifican su relación contractual con las empresas de propiedad de Nubia López, la esposa de Fredy Anaya, sin que hasta el momento esta última haya desmentido los mismos.
La Secretaria de Desarrollo Social Kelly Castaño Quiroga, quien cumple un meritorio papel, está relacionada con el ex gobernador Richard Aguilar al igual que lo está Maurisabed Hernández López, la hermana de la actual Secretaria de Turismo del departamento que mantiene un contrato vigente con la alcaldía municipal. El Secretario Fernando Mier Martínez está relacionado con Jorge Humberto Arguello Beltrán, más conocido como “El Bachiller”, a quien han señalado de ser cercano al ex jefe de las autodefensas Julián Bolívar.
Lo anterior es poco frente a lo que hay por demostrar, pero se complementa a la perfección con el hecho de que el conductor actual de Ángel Alirio Moreno sea el señor Carlos Amorocho Romero, el antiguo conductor del ex director nacional del Partido Opción Ciudadana Juan Roberto Rico Espinoza. De ahí que resulte muy importante saber ¿Quién le paga el salario y la seguridad social al señor Amorocho? ¿Usted qué dice alcalde? ¿Todo en orden?
La "Hermandad de la UPB"
Hay momentos en que las palabras no son suficientes para describir el dolor que se siente cuando se está al frente de una injusticia. Este escrito representa uno de esos momentos, porque al municipio de Floridablanca se lo están robando los mismos que juraron sobre la plataforma de su juventud que serían ellos quienes cambiarían la historia política de Santander.
Lo que la “hermandad de la UPB” le está haciendo a la ciudad no tiene nombre ni perdón de Dios. Al municipio de Floridablanca lo condenaron a soportar una maldición que solo podrá terminarla su mismo pueblo. Los ciudadanos no pueden seguir votando por concejales vendidos, candidatos empeñados y títeres patrocinados por mafias politiqueras que se convierten hoy en día en una de las mayores vergüenzas en la historia de la ciudad.
Por eso en la triada maligna de la desfachatez, donde Floridablanca ya tiene al padre y tiene al hijo, esperemos que la salida de la cárcel de Luis Alberto Gil Castillo no sea el espíritu santo que les complemente la destrucción del pueblo.