Queridos petristas, no se hagan los desentendidos. Esto es lo que ustedes aplaudieron. Esto es lo que defendieron. Por esto se hicieron sacar los ojos.
Si algo define al petrismo es su habilidad para gritar contra lo que luego terminan haciendo con absoluta desvergüenza. Es un talento. Un arte. Un descaro sin pudor. Y la más reciente demostración la protagoniza María Fernanda Carrascal, la representante que se la pasaba señalando con dedo inquisidor a quienes usaban bienes públicos para fines personales… hasta que le tocó mudarse y, ¡sorpresa!, ahí estaba su camioneta oficial lista para el trasteo. Sí, la misma Mafe que montaba shows en Twitter contra la corrupción, que decía que en la “nueva Colombia” los recursos públicos eran sagrados, ahora nos sale con que su camioneta de congresista es perfecta para transportar su mesa de planchar. Porque si algo sabemos de memoria es que los del Pacto Histórico tienen una fórmula repetida: se suben a la tarima, gritan contra el abuso del poder y, cuando nadie los mira, hacen exactamente lo mismo que criticaban. Lo mejor de todo es el silencio ensordecedor de los petristas. Aquí no hay indignados, no hay marchas, no hay lágrimas de rabia por la “decencia”. No. Porque la hipocresía los tiene bien entrenados: cuando es uno de los suyos, miran para otro lado y, con suerte, se inventan una justificación absurda. Pero no, señores. Esto no tiene explicación. Esto es abuso. Es la confirmación de que se burlaron de miles de jóvenes que salieron a las calles a exigir un país mejor, mientras sus “representantes” ahora usan los carros del Congreso como servicio de mudanzas. La misma María Fernanda Carrascal que se vendió como una voz del cambio, hoy es una congresista más haciendo lo que todos los de su clase han hecho siempre: servirse del Estado mientras engañan a la gente con discursos baratos. Así que, queridos petristas, no se hagan los desentendidos. Esto es lo que ustedes aplaudieron. Esto es lo que defendieron. Esto es lo que ayudaron a elegir. Una representante que cambió la “ética” por el flete. Les quedó lindo el cambio.
