El futuro del área metropolitana

Desde hace muchos años he creído que la zona de expansión urbanística más importante del área metropolitana se encuentra en tres zonas claves del territorio piedecuestano: todo el margen oriental de la autopista que conduce hacia Floridablanca, la Vereda Barro Blanco y el sector de Guatiguará en toda su extensión hasta la Vereda Chocoita en el municipio de Girón.

Este último sector enmarcado por la construcción del anillo vial externo, generaría un nuevo núcleo urbano para Santander, como lo fue en su momento el crecimiento poblacional de Usme en la ciudad de Bogotá. Pero para que esto pueda llegar a ser una realidad, se necesita un Plan de Ordenamiento Territorial con visión de futuro, ambientalmente responsable y exento de intereses personales como sucedió con el de Floridablanca, el cual no tardará mucho tiempo en caerse.

De ahí la necesidad de que Mario José Carvajal entienda que la aprobación del POT no da más espera, y que el documento que debe presentarle al concejo municipal debe estar revestido de una legalidad y transparencia tan grande, que sea capaz de acabar con la mafia que crearon al interior de la Oficina Asesora de Planeación los hermanos de Danny Ramírez y un par de sinvergüenzas que habiendo plata de por medio, fueron capaces de aprobar puentes donde no hay ríos.

Lo primero que debe hacer el mandatario es derogar esas circulares hechas por un arquitecto que ha sido el monigote útil de la corrupción en esa ciudad, por medio de las cuales se viene extorsionando a los constructores en materia de ocupación y alturas. El desarrollo urbano de Piedecuesta debe recaer en manos de los funcionarios que representan los intereses de la sociedad, y no en las de los contratistas con oficinas de garajes en el barrio aledaño al centro comercial donde funcionan las curadurías urbanas.

Lo primero que debe hacer el mandatario es derogar esas circulares hechas por un arquitecto que ha sido el monigote útil de la corrupción en esa ciudad.

De camino hacia Ruitoque

Una vez que logre quitarle la autoridad urbanística a los “extorsionistas del ladrillo”, el alcalde debe tener muy presente que lo comenzarán a buscar probablemente personajes de la talla de Daniel Arenas y empresas como Urbanas S.A., quienes van detrás de que les quiten a sus predios contiguos a Ruitoque Condominio el uso de suelo rural y se lo pasen a urbano de libre altura, algo frente a lo cual ya aprendimos el modus operandi, el cual comienza con la certificación de servicios de Ruitoque S.A. ESP, empresa que es propiedad de la misma Urbanas y del vecino de residencia del señor Arenas.

El burgomaestre tendrá que revisar muy bien esos estudios, y tener presente que hay desarrollos urbanísticos en Barro Blanco, plantas de energía solar en Guatiguará y desarrollos comerciales en Menzulí que no se han podido llevar a cabo porque a esta administración lo único que le importa es sacarle hasta el último peso a los constructores, y eso se tiene que acabar.

El primer semestre será más que suficiente para saber hacia donde va este nuevo gobierno, y el intercambiador de Guatiguará será la prueba de fuego para saber qué tanta capacidad tiene administrando una ciudad, ya que dicha obra puede representar un problema en movilidad tan grande como lo fue la Avenida 26 en Bogotá. Éxitos Mario José.

Próxima Columna: Gracias por acompañarme durante este 2019. Nos volvemos a encontrar el 8 de enero de 2020. Feliz Navidad y un fantástico Año Nuevo.

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