Se acabó junio, llegaron las primeras vacaciones, no han destituido aún a ningún alcalde y en Santander los ciudadanos siguen a la espera de una mejora, aunque sea mínima, de sus condiciones sociales en materia de infraestructura y desarrollo. Pero mientras eso pasa, los que siempre se han echado todo a sus propios bolsillos siguen haciendo de las suyas ante la mirada complaciente de los entes de control y, como no, el silencio de los gobernantes que juraron en campaña que todo cambiaría.

Como es más que evidente, en razón de la tardía aprobación de los planes de desarrollo y la lenta armonización con los presupuestos proyectados, no se vislumbra en el corto plazo dinamismo alguno en materia de contratación pública, pero para aquellos que viven del erario y gozan de un insaciable apetito burocrático, siempre tendrán una mina inagotable: los recursos de la salud. En el mes de octubre del año 2023, el hospital del municipio de El Peñón sufrió un robo de equipos médicos avaluados en más de trescientos treinta millones de pesos, llevando a la entidad a declararse en alerta roja ante la gravedad de los hechos. Sin embargo, tan solo cinco meses después, la gerencia de esa entidad decidió contratar unas adecuaciones locativas en las cuales pagaron por un calentador de agua de 12 litros más de dos millones cuatrocientos mil pesos, el doble de su valor comercial, sumado al pago de un millón quinientos mil pesos por un papel vinilo para ventanas (Contrato de obra No 2024-018 de 2024). Pero como dirían en la Contraloría, eso es lo de menos, porque el verdadero problema aquí no es lo que se roban en sobrecostos de materiales, sino las empresas de fachada que los familiares y amigos de secretarios y asesores de despacho, diputados, concejales, funcionarios públicos y financiadores de campañas constituyen ante la Cámara de Comercio para quedarse con la contratación pública de la red hospitalaria de Santander.

Por supuesto que esta revelación no es nueva, porque así ha sido el manejo de la salud desde hace muchos, pero muchos años. Lo que sorprende es que se le siga dando juego a los mismos personajes que han estado involucrados en esta clase de desfalcos, o si no, que el mudo nos conteste con qué fin se constituyó la sociedad denominada Asecoin C.P.T. S.A.S. el día 16 de mayo de 2024 y de quien es la oficina donde está registrado su domicilio principal. Esto es tan solo un ejemplo de las empresas que están rondando los hospitales públicos del departamento para quedarse con la contratación en materia de salud y ahondar los graves problemas que ya está viviendo el país en este sector. Así como advertí lo que iba a pasar con Sneyder Pinilla un año antes del desastre, aquí les dejo esta alerta sobre lo que va a pasar con  la salud en Santander.

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