En Colombia existen 831 cuerpos de bomberos dentro de los cuales se encuentra el del municipio de Floridablanca, representado por Eduardo Arturo Pacheco Jiménez, un hombre que para muchos ya debería estar en la cárcel si no fuera por la protección que le han brindado varios alcaldes, senadores, veedores y sobre todo concejales a quienes solo les importa su beneficio personal y no el de los ciudadanos en general.
Concejales que a grito entero andan promulgando públicamente que ellos son la representación del pueblo, pero privadamente acuden, a punta de genuflexiones, ante los verdaderos dueños del poder político y económico de la ciudad para venderles sus servicios.
Politiqueros de turno que se hacen matar por el alcalde mientras les mantienen las cuotas burocráticas y la contratación al día, pero que en el mismo instante en que no les cumplen sus exigencias o no les contestan el teléfono, se transforman en monstruos para decir que al mandatario no le importa el bien de la comunidad y que es una persona insensible ante las necesidades de los electores. Tremenda hipocresía la de algunos corporados.
La resolución que los puso a sudar
Los bomberos de Floridablanca son una entidad sin ánimo de lucro que no había sido auditada por ningún ente de control desde el 16 de mayo de 1996 hasta el 10 de marzo de 2017, fecha en la cual la contralora municipal, Luz Marina Díaz Mantilla, profirió la resolución 037 por medio de la cual los declaró sujetos de control fiscal, una decisión que literalmente destruyó el mundo perfecto que había construido el señor Pacheco durante todos estos años.
Dicha resolución fue objeto de toda una batalla jurídica emprendida en su contra por el abogado Juan Carlos Laiton Moreno en su condición de presidente del Consejo de Oficiales de bomberos, con el fin de desvirtuar cualquier competencia fiscal sobre ellos, todo lo cual concluyó con un fallo de tutela del Consejo de Estado del 19 de marzo de 2020 en favor de la Contraloría misma. En fin, una decisión administrativa que le permitirá saber a los florideños el destino dado a más de 6.000 millones de pesos de sus impuestos en cada año.
Lo que no han sido capaces de encontrar
Los hallazgos que va a encontrar la Contraloría son del tipo administrativo con unas claras incidencias disciplinarias y fiscales que involucrarán a los miembros del Consejo de Oficiales de Bomberos: José Martín Ortíz, Foción Saavedra Torres, al abogado Laitón y al señor Pacheco.
Además, al revisor fiscal Javier Torra Sánchez, a la tesorera Yolima Gómez López, al jefe de contratación de la alcaldía Mario Barragán Pachón y al supervisor de los convenios quien no era ni más ni menos que el hoy concejal de Bucaramanga Francisco Javier González, reciente ponente del Plan de Desarrollo de dicha ciudad, a quien no se le hizo raro lo que estaba pasando al interior de bomberos durante el tiempo que fue supervisor.
Lo que él no vio es que los 4.209 millones de pesos que la administración les entregó en el 2017 y los 4.913 millones de pesos del 2018 los manejaron como quien vende paquetes de chitos en una tienda. Estos 9.122 millones le permitieron al señor Pacheco y a sus amigos gastar a sus anchas más de 12 millones y medio de pesos diarios de los impuestos de los ciudadanos, sin contar dentro de ellos los dineros que adicionalmente se recaudan por las inspecciones técnicas, la expedición de certificados, el acompañamiento a los eventos masivos, los favores a la empresa Mac Pollo y al Frigorífico de Río Frío entre otros, más los recursos de libre destinación asignados por el municipio y los millonarios recursos que ingresan por los convenios celebrados con el municipio de Girón, la Gobernación de Santander, la EMAF y las demás entidades públicas y privadas con quienes subsisten relaciones de carácter comercial que nadie audita ni controla.
Es muy probable que Pacheco Jiménez no tenga los suficientes soportes contables, financieros y bancarios que den cuenta del buen manejo de los dineros transferidos por la sobretasa bomberil a través de convenios administrativos. Más de 150 cheques relativos a la cuenta No 21003532611 del Banco Caja Social a nombre del Cuerpo de Bomberos no tienen coincidencia alguna con las facturas, las cuentas de cobro y los contratos de la entidad, según manifiestan los mismos funcionarios que allí trabajan.
Una situación que se agrava aún más cuando se observa el extraño desvío de dineros a otras cuentas bancarias, diferentes a la oficial, sin que se conozcan los motivos de esas triangulaciones, así como la sorpresa que produce el saber que la entidad compró 300 millones de pesos en divisas que nadie sabe a dónde fueron a parar.
¿El Ñeñe Florideño?
La forma de manejar estos dineros genera una sombra de especulaciones sobre Pacheco Jiménez, a quien se le ha venido señalando de financiar campañas políticas de algunos concejales con el fin de que se le siga manteniendo su estatus y obviamente la posibilidad de manejar recursos anuales por más de 6.000 millones de pesos sin el control de ninguna autoridad fiscal o administrativa.
De ahí las intenciones de algunos corporados para torpedear la escogencia del contralor municipal, dado que desde allí podría ocultarse la podredumbre que se inoculó al interior de Bomberos, la cual tampoco podría haberse revelado por la anterior administración pública dado que el ex secretario de gobierno municipal y hoy Subcontralor de Santander, Ricardo Arciniegas García, adquirió con el señor Pacheco Jiménez en el año 2016, según la escritura pública 039 de 2016 de la Notaría Única de Lebrija, una finca de 45 hectáreas cercana al posible nuevo relleno sanitario, de la cual hasta el día de hoy siguen siendo copropietarios.
Ahí es cuando se entiende el interés del actual Subcontralor para que la Contraloría de Floridablanca no investigue a su socio. Y es que es tal la importancia de tener a un contralor de bolsillo, que el concejal del partido ASI Salvador Molina le implora en un audio a un interlocutor desconocido para que se puedan mover las cosas en pro de que un amigo cercano a él se quede con la entidad y pueda ser el garante de los compromisos de esa persona a quien él envía el mensaje, así como también de los compromisos personales. Conversación en la que revela con nombres propios los resultados del concurso de la contraloría (escuchar audio). Ahora será esperar a que se diga que ese audio, como el de otro concejal, también era "mamando gallo".
La bomba que les estallará en las manos
Todo lo anterior sería más que suficiente para dar por concluido el tema y que fueran las autoridades tanto fiscales, disciplinarias y penales las que entraran a cumplir su labor, pero esta historia no puede terminarse sin mencionar a Jhon Gilberto Bohórquez Centeno, un bombero que pasó de facturarle a la entidad almuerzos para sus funcionarios desde un establecimiento comercial denominado Sarjho Cafe ubicado en el local A-1 del centro comercial paragüitas, a recibir del Cuerpo Voluntario de Bomberos de Floridablanca más de 1.000 millones de pesos en 29 cheques provenientes de las cuentas del Banco Caja Social y Bancolombia a nombre de la entidad.
Una situación que tendrá que ser aclarada por el mismo Eduardo Pacheco no solo por el valor de las transacciones, sino por el manejo de los dineros de todos los florideños que vienen preguntándose desde hace mucho tiempo a donde están yendo a parar los mismos. De la misma manera, ya va siendo hora de explicarle a la ciudad las razones por las cuales los vehículos comprados con dineros públicos le pertenecen hoy a una entidad del orden privado que los tiene al servicio de un municipio distinto como lo es el de Girón, entidad privada que recibe miles de millones de pesos gracias a los convenios que celebran con ese ente territorial.
Para un mejor entendimiento, valga decir que los carros de bomberos que se han comprado con dineros de los florideños están al servicio de otro municipio para que el señor Pacheco y su cuerpo de voluntarios hagan negocios públicos y privados que nadie les controla.
Un Cambio Radical para bomberos
El Plan de Desarrollo Municipal dejó contemplada la voluntad de crear el cuerpo de bomberos y acabar de una vez por todas con esos convenios bomberiles que permiten que personas como Eduardo Pacheco manejen dineros públicos sin ningún control estatal.
Un debate que tendrá que llevarse a cabo al interior del Concejo Municipal donde más de uno tendrá que declararse impedido debido a las pruebas que aquí se han mostrado y las que para ese momento se mostrarán. Comenzando por el honorable concejal José Manuel Junior Sequeda, quien recibió por parte de bomberos la suma de cinco millones cien mil pesos el 22 de junio de 2017 a través del cheque número KZ107540 de Bancolombia, sobre el cual no se ha encontrado el soporte que dé cuenta de las razones para habérsele realizado dicho giro.
Acompañado con un testigo de excepción, tuve la oportunidad de preguntarle al señor Eduardo Pacheco por su versión de los hechos y su respuesta fue muy concreta: “nada de lo que se dice es cierto”. Por eso tendrá que ser la Contraloría Municipal la que les cuente a los ciudadanos si lo que aquí se escribe es cierto, o si todo es producto de la imaginación y la envidia de los enemigos políticos del comandante eterno de la central de bomberos de Floridablanca.