Las personerías municipales se crearon con el fin de promover y defender los derechos humanos, proteger el interés público y vigilar la conducta de quienes desempeñan funciones públicas, lo cual no es otra cosa más que ponerse del lado del pueblo y defender a la gente de los abusos en los cuales puedan llegar a incurrir los gobernantes.

Un cargo público que deberían ocupar personas con carácter, ética y sentido del respeto por la ley y por ellos mismos. Son muchos los casos que demuestran que las personerías municipales en Colombia no son otra cosa más que instituciones inservibles para el favorecimiento de los alcaldes y de los mismos concejales, quienes en su mayoría terminan siempre vendiendo el voto para elegir en esos cargos a personas más inservibles que ellos en el ejercicio de las funciones que les corresponden.

Casos como estos se dan en Quibdó, donde eligieron como personero a una persona que había estado inhabilitada por hechos de corrupción y al día de hoy lo están investigando por corrupción en el ejercicio de su cargo. Lo mismo pasa con el municipio del Carmen del Darién, una población a orillas del Río Atrato donde pretendían reelegir a un personero que la primera vez que ocupó ese mismo cargo se robó el pago de la seguridad social de los empleados de la personería.

Frente a este fenómeno el Departamento de Santander no es la excepción y la mejor muestra de eso es la Personería de Floridablanca, una entidad inoperante dentro de un municipio que desde hace más de 10 años no conoce lo que es una elección honesta al interior del Concejo de la ciudad, una corporación donde priman los intereses personales de la mayoría de concejales por encima del interés general de la ciudadanía, y si no lo creen así, revisen cómo han sido las votaciones para aprobar el Plan de Ordenamiento Territorial, la entrega del alumbrado público, la concesión del servicio de aseo de la ciudad, la creación de una empresa mixta constituida para manejar los dineros del municipio y la aprobación de empréstitos que ni siquiera saben en qué utilizarlos por no existir una debida planeación administrativa. Y ni qué decir del apoyo y los aplausos que algunos corporados le han dado al sinvergüenza director del Banco Inmobiliario Julio César González García, por convertir a un ente descentralizado en un vergonzoso contratadero al que convirtió en noticia nacional.

De ahí que muchos se estén preguntando ante este estado de cosas ¿En dónde está la personera Maria Margarita Serrano Arenas? Pero la respuesta la tienen los mismos habitantes: nada más y nada menos que sirviéndole de chaperona a la mamá del alcalde Miguel Ángel Moreno en las ferias del pueblo y tomándose fotos para el instagram al lado de concejales señalados de promover el negocio de estupefacientes y las construcciones de edificios piratas en la ciudad.

Si estas son las personas que defienden a los florideños, entonces ya es hora de comenzar a organizarnos como ciudadanos para tener una mejor ciudad.

Comparte este artículo