Juan Carlos Cardenas Rey pertenece a ese exclusivo grupo de alcaldes en Colombia que no tienen ni la más mínima idea de lo que es gobernar un municipio. Los bumangueses han tenido que soportar durante año y medio no solo la mediocridad de sus acciones, sino también, los desaciertos de un grupo de niñatos que viven enamorados de su propia estupidez en el ejercicio de sus funciones como “asesores” del gobierno.

Cardenas es un hombre egocéntrico, petulante y vanidoso que no responde al valor de la humildad, razón por la cual no ha sido capaz de reconocer los errores de su mandato al frente de una ciudad sumida hoy en el caos.

Su falta de liderazgo es tan evidente, que la única vez que ha pronunciado unas palabras con convicción fue el día que manifestó que él no había sido “elegido para ser títere de nadie”, lo cual no tuvo ninguna gracia si se tiene en cuenta que sus condiciones ni siquiera le alcanzan para dejarse guiar.


Un gobierno irreal

Durante su campaña juró NO TRAICIONAR, cosa que incumplió al minuto siguiente de ganar las elecciones y de la misma forma juró NO MENTIR, algo que se olvidó desde el instante mismo de su llegada al poder, lo cual se vio plenamente materializado cuando no logró generar los diez mil empleos que le había prometido a los ciudadanos durante el primer trimestre de este 2021.

El cinísmo de sus actuaciones es tan grande, que aún sigue sosteniendo la mentira de los diez billones de pesos que el gobierno nacional invertirá en la ciudad gracias a las gestiones de una representante que es igual de ilusa a él, porque semejante necedad solo puede caber en la cabeza de esos dos y en la de los que aún no se han dado cuenta que la nueva reforma tributaria que pretende presentar el gobierno solo llegaría a los nueve billones.

Mejor dicho, lo que Duque no le ha contado al país es que todos los colombianos van a tributar para que Bucaramanga pueda celebrar con obras los 400 años ¡Hombre por favor! Ya va siendo hora de desmontar semejante despropósito para que dejen de estar pasando vergüenzas!

Caricatura de @diegocaricatura

Lo que menos le importa a Cardenas es el futuro de la ciudad y mucho menos su crecimiento económico o desarrollo social, porque lo que a ese hombre le corre por las venas es el acrecentamiento de sus propios intereses personales, algo que aprendió a cultivar durante sus años como Vicepresidente de Soluciones de Cemex, donde fungió como primer suplente de Carlos Jacks Chavarría cuando este mismo le compró unos terrenos en el municipio de Maceo en el magdalena medio antioqueño a José Adelmar Moncada, más conocido como “el chatarrero”, un hombre que fue asesinado en el 2016 en un hospital de Medellín y que purgaba una pena de 11 años de prisión por los delitos de concierto para delinquir, falsedad en documento, fraude procesal y peculado por apropiación (Ver acta).

Una operación administrativa y financiera que Cardenas ha querido mantener en el anonimato de la misma forma que lo ha hecho en sus relaciones con el presidente de Ventura Group Alvaro Rodríguez Acosta, el grupo empresarial donde según las palabras expresadas por el mismo Rodríguez, Cardenas ha ejercido como miembro de sus juntas directivas.


Caricatura de @diegocaricatura

El alcalde de Bucaramanga no es un hombre preparado para enfrentar la actual coyuntura política, económica y social que vive la ciudad. Desde su llegada al poder la inseguridad se ha incrementado de una manera nunca antes vista, con el agravante que le significa a los bumangueses su terquedad al mantener en el cargo a un hombre más incapaz que él para imprimirle autoridad a estos asuntos.

El Secretario de Gobierno de la ciudad es el reflejo de la personalidad del mandatario: lento, miedoso e incapaz. Circunstancias individuales que le impiden a un funcionario ejercer el liderazgo que se requiere en estos momentos de agitación social. Bucaramanga hoy en día es un caos y si el alcalde no logra entender, como debió haberlo hecho hace ya un año, que la dirección que le está dando a las cosas es equivocada, su ineptitud llevará a la ciudad al desastre, alimentado con el patrocinio de unos dirigentes gremiales faltos de grandeza y liderados por una persona que en su ignorancia y pequeñez política no entiende las diferencias que existen entre la China y los barrios de Ciudad Norte.

Bucaramanga es hoy en día una ciudad al garete carente de líderes políticos con visión y llena de áulicos diminutos que viven criticando las luchas y manifestaciones de un pueblo mientras a escondidas le exigen al mandatario mejores condiciones para sus negocios por el solo hecho de haber sido los donantes de su campaña ¡Que grandes hipócritas! (Ver datos)

Nadie entiende en dónde está metido el alcalde, pero lo que todos si tienen claro es que se necesita a alguien con autoridad que le imprima tranquilidad a los ciudadanos y reconozcan en esa persona a un ser digno de ser apoyado para cambiar las condiciones que se vienen viviendo y mientras eso no exista Bucaramanga no tendrá rumbo.

¡Espabílate viejo!

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