La Cámara de Comercio de Bucaramanga siempre ha sido el club sustituto de aquellos a quienes en la ciudad se les conoce como “cacaos”, lo cual es un deshonor para los pobladores de San Vicente de Chucurí y su producto más emblemático si se tiene en cuenta que sus cacaos son sembrados por gente humilde y trabajadora que tiene que soportar que le roben hasta el nombre de sus más entrañables sueños. Prueba de esto es el debate que los diputados Giovanni Heraldo Leal Ruiz (Partido Verde) y Oscar Mauricio Sanmiguel Rodríguez (Partido de la U) adelantaron en la Asamblea de Santander respecto de la Corporación Parque Nacional del Chicamocha, una elegante alcantarilla por donde han desaparecido miles de millones de pesos durante más de 16 años gracias a la complicidad de Juan Camilo Beltrán y esos a quienes creemos que por ser “cacaos” piensan en Santander.
¡Que hablen los tenderos!
Gonzalo “el Ruchi” Rojas es un hombre que se ha entregado con alma y corazón a las causas de los tenderos y pequeños comerciantes de Santander, quien gracias a su programa “que hablen los tenderos” ha liderado una noble iniciativa como es la de mejorar las condiciones de este importante sector de la economía local. En más de una ocasión ha solicitado que se le atienda en la presidencia de la Cámara de Comercio, pero las puertas siempre se le han cerrado en la cara por parte de quien ha liderado esta entidad durante los últimos 10 años. Por eso causa tanta indignación que personas como “el Ruchi” tengan que rogar por ayudas para su gente, mientras el señor Beltrán le entregaba más de 150 millones de pesos en el año 2020 al señor Luis Alejandro Pinzón Gutiérrez, representante legal de la firma SMART DATA Y AUTOMATION S.A.S., propietaria de la encuestadora GUARUMO S.A.S., para que envíe mensajes de texto y de WhatsApp (Ver contrato).
Y como si esto no fuera poco, la misma Cámara decidió contratar por más de 14 millones de pesos a la empresa ISOLUCIONES S.A. para que ayude a mejorar la productividad de su propio contratista: GUARUMO S.A.S. (Ver contrato). Pero lo más increíble es que la Cámara ya había contratado por otros 14 millones a la empresa GESTIÓN ASESORÍA Y MARKETING S.A.S. para que también mejorara la productividad de ISOLUCIONES S.A. Todo un carrusel de favores y despilfarro que bajo la batuta de María Alejandra Sampayo Guerrero pareciera no tener fin.
Los “cacaos”
Durante muchos años se han escuchado voces en contra de los parques temáticos que se han construido en el departamento de Santander por parte de los ex gobernadores Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo y Richard Aguilar Villa, pero la mayoría de los santandereanos desconoce que la existencia de esas obras ha sido posible gracias al amparo que les ha brindado la Cámara de Comercio de Bucaramanga, una entidad experta en la celebración de convenios ajenos a las reglas de la contratación pública y en los que los mecanismos de participación contractual son exclusivamente privados.
Fue así como la Gobernación de Santander en compañía de la Cámara le dieron vida jurídica a la Corporación Parque Nacional del Chicamocha, la cual hoy en día tiene a su cargo el Panachi, el Parque Cerro del Santísimo, el Acuaparque Nacional del Chicamocha, la Estación Teleférico Plazuela y el más reciente Parque Mundial del Cacao “PAMUCA”, el cual sin haberse pegado un solo ladrillo ya existe como un establecimiento comercial ubicado en la Vereda San Mateo del municipio de Betulia en el Kilómetro 20 Vía Lisboa - San Vicente de Chucurí, con lo cual ya se configuró el primer robo de ese proyecto: el nombre del parque que tanto han defendido para sí los chucureños.
El “PAMUCA” es un proyecto turístico que se piensa construir en un sector que beneficiará las tierras de los integrantes de una corporación sin ánimo de lucro denominada “CORSOGAMOSO”, que reúne importantes empresarios como los Higuera Escalante, los Gómez Gamarra, Francisco Serrano, los Prada Cobos y demás integrantes del grupo de “El Cerro”.
Este nuevo proyecto será adelantado por la Corporación Panachi, a la cual también pertenece uno de los “cacaos” más representativos de Santander: el señor Víctor Raúl Castillo Mantilla, quien a través de la Fundación Cardiovascular de Colombia es otro de los asociados de Panachi al igual que la sociedad de mejoras públicas de San Gil representada por el doctor Franklin Roberto Quiróz Díaz. Lo que más llama la atención del señor Castillo es que él también hace parte de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio en representación del gobierno nacional y por lo tanto no tiene presentación alguna que su Fundación termine recibiendo 34 millones de pesos de la Cámara bajo el manto de dos convenios de cooperación mientras muchos comerciantes del departamento han tenido que cerrar sus negocios por falta de ayuda estatal.
Los pequeños favorcitos
Víctor Castillo no es el único que se ha visto beneficiado por las extrañamente selectivas políticas de ayuda a los comerciantes, diseñadas bajo el mandato de Juan Camilo Beltrán. Inexplicablemente la Cámara de Comercio ha entregado dineros a empresas como Palmas del Cesar S.A., a Francisco Serrano Serrano como persona jurídica ($12.960.000) y a sus empresas Promotora de Inversiones El Cerro ($14.400.000), Ganadería Manzanares S.A.S. ($12.960.000), Frigorífico Vijagual ($12.960.000) y la Planta Ecológica de Sacrificio Animal - COLBERF ($14.400.000).
De la misma forma resultaron beneficiadas la Fundación Oftalmológica de Santander ($20.000.000) y la Cooperativa Agroindustrial de Avicultores de Santander Ltda ($12.960.000) entre otras empresas que a simple vista les sobra respaldo económico, por lo que, desde el campo de la lógica, no necesitaban de estas ayudas. Por eso es tan importante preguntarle a la junta directiva de la Cámara: ¿Cuántas tiendas de barrio han recibido esta clase de apoyo en la pandemia? Aquí se les ahorra la respuesta: Ninguna.
Todo lo que se ha escrito en las últimas semanas sería más que suficiente para que la Cámara de Comercio de Bucaramanga hiciera una profunda evaluación de su aporte a la sociedad santandereana, pero lastimosamente ello no es así, faltando por mencionar una última parte que no se puede dejar de contar. Los espero en la próxima entrega.